sábado, 17 de marzo de 2012

Principales Batallas del General Francisco Morazan


José Francisco Morazán Quezada fue el Presidente de la República Federal de Centroamérica, siendo el Jefe de Estado de Honduras, Guatemala, El Salvador y Costa Rica. Su nombre está fuertemente relacionado con el ideal unionista centroamericano, por lo que es considerado uno de los personajes más importantes la historia de América Central.
En el año de 1824 fue nombrado "Secretario general del gobierno" del primer Jefe de Estado de Honduras, Dionisio de Herrera. Luego de que los conservadores se hicieran cargo del gobierno de su país, estalló una guerra civil en Centroamérica. En medio de dicho acontecimiento bélico, Morazán fue tomado por preso en Ojojona.

Nombre
Fecha
Lugar
Oponente (s)
"La Trinidad"
11 de noviembre de 1827
Honduras
Col. Justo Milla
"Gualcho"
6 de julio de 1828
El Salvador
Vicente Domínguez
"San Antonio"
9 de octubre de 1829
El Salvador
Mariano Aycinena
"Mixco"
18 de febrero de 1829
Guatemala
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"San Miguelito"
6 de marzo de 1829
Guatemala|---

"Las Charcas"
15 de marzo de 1829
Guatemala
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"Invasión a Guatemala"
12 de abril de 1829
Guatemala
Mariano Aycinena
"Vueltas del Ocote"
21 de enero de 1830
Olancho, Honduras
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"Opoteca"
19 de febrero de 1830
Honduras
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"Jocoro"
14 de marzo de 1832
El Salvador
Vicente Domínguez
"San Salvador"
28 de marzo de 1832
San Salvador
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"San Salvador"
23 de junio de 1834
San Salvador
Joaquín de San Martín
"Mataquescuintla"
Octubre de 1838
Guatemala
Rafael Carrera
"Chiquimulilla"
Diciembre de 1838
Guatemala
Rafael Carrera
"Las Lomas"
28 de marzo de 1839
San Salvador
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"Espíritu Santo"
6 de abril de 1839
El Salvador
Francisco Ferrera
"San Salvador"
20 de septiembre de 1839
El Salvador
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"San Pedro Perulapán"
El Salvador
Francisco Ferrera
"Guatemala"
18 de marzo de 1840
Guatemala
Rafael Carrera
"La Laguna"
24 de marzo de 1840
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Rafael Carrera
"El Jocote" (Sin Combate)
11 de abril de 1842
Costa Rica
Vicente Villaseñor
"San José"
Costa Rica
Antonio Pinto Soares
Florentino Alfaro
¨Comayagua¨
Abril de 1827
Honduras
Francisco Ferrera
¨La Maradiaga¨
Abril de 1827
Honduras

¨Guatemala¨
19 de Marzo
Honduras
Rafael Carrera

 Una vez puesto en libertad, comandó al ejército de Honduras con el fin de liberar a su país del dictador Justo Milla, objetivo que consiguió luego de un avasallante triunfo en la "Batalla de La Trinidad". Así mismo,  se resalta la batalla de San Pedro de Perulapán y la batalla de San José como las más importantes dentro las diferentes batallas que liberó el general Morazán.

 Al iniciar el año de 1827, se sintieron en Centroamérica las disposiciones dictatoriales emanadas del Presidente Federal, Manuel José Arce. Estas incidencias fueron la causa para que las relaciones con los Jefes de Estado de cada provincia, particularmente con los de El Salvador y Honduras se fueran haciendo cada día más conflictivas.
Consecuencia directa de semejantes pretensiones fue el derrocamiento del gobierno que ejercía Don Dionisio de Herrera, fraguado por el ox Vico Jefe de Estado, coronel Justo Milla, quien con ese propósito se traslado a Guatemala y allá recibió del Sr. Arce el mando del Batallón Federal N:2 con esa fuerza y cumpliendo los designios ya expresados, se interno en el territorio del Estado de Honduras, se pretexto de proteger las plantaciones de tabaco que tenia la Federación en los llanos de Santa Rosa, hoy Santa Rosa de Copan.
El cuatro de abril de 1827, Milla sitio a Comayagua. En la residencia al asalto de la capital, participó el General Francisco Morazán Quezada. Casi para finalizar el sitio de Comayagua, el ciudadano Francisco Morazán salió de la capital sitiada en compañía de los coroneles Remigio Díaz y José Antonio Márquez, para obtener refuerzos en Tegucigalpa con la intención de regresar y liberar la Capital del Estado, pero al llegar al valle de Comayagua, en las cercanías de la Villa de San Antonio, fueron atacados por fuerzas al mando del Teniente Coronel Hernández y el Capitán Rosa Medina, dándose el combate de la Hacienda de “La Maradiaga” el 29 de Abril de aquel año. 
Cuando las tropas se encontraban en Sabanagrande, llegó el oficial que comandaba los elementos de seguridad que estaban llegando a Ojojona las fuerzas del Coronel Justo Milla en una cantidad de 1000 hombres. El oficial José Francisco Morazán concibió la idea de proponer a su Comandante el Coronel Remigio Díaz, que aprovechando las horas de oscuridad salieron del pueblo de Sabanagrande y ocuparon posiciones defensivas en las alturas de “Trinidad”. Se puede colegir que el joven oficial conocía los sitios cercanos a Ojojona, ya que en este pueblo había guardado prisión.
Al despuntar el alba del siguiente día, el memorable 11 de noviembre de 1827, Morazán esbozo el plan de maniobra y se lo expuso al Coronel Remigio Díaz. Este acto digno de una epopeya traspaso el mando a Morazán, quien como Comandante en jefe de aquella tropa, iba a dirigir la batalla inmortal.
El plan de maniobra que esbozo fue el siguiente:  
El Coronel Ramón Pacheco, con un destacamento defiende la avenida de aproximación que conduce de Ojojona hacia el Valle de la Trinidad, hasta que las otras fuerzas entren en contacto con el enemigo.
El Cnel. Remigio Díaz, con un destacamento de 150 hombres se mueve hacia el nor-este siguiendo el curso de la quebrada “Sicatacaro” aguas arriba hasta converger con el sendero que conduce de Ojojona al Valle de la Trinidad y atacaron la retaguardia del enemigo.
El general Morazán y el Coronel Román Valladares, al mando de otro destacamento de la misma fuerza, se trasladan hacia la estribación del cerro hoy conocido como Caranguije, para atacar el flanco derecho del enemigo.

Medidas de Coordinación:
A: El destacamento del Coronel Remigio Díaz, atacara por la retaguardia enemiga al oír los disparos en el frente cubierto por el Cnel. Pacheco.
B: El general Morazán y el Cnel. Román Valladares, atacan agresivamente por el flanco derecho, cuando el Cnel. Remigio Díaz entra en contacto con el enemigo.
A las 15:00 horas de aquel memorable 11 de noviembre, el enemigo había sido derrotado totalmente.
El gran capitán de nuestra historia, dice en sus memorias que la vanguardia sola, consiguió el triunfo en el que se distinguieron los coroneles Pacheco, Valladares y Díaz. El Coronel José María Gutiérrez Osejo y el capitán Ferrera comandaban la retaguardia y no les fue posible entrar en acción (lo que indica que solo combatieron los elementos de primera línea y no fue aplicada la reserva). Dice el gran benemérito, que “en los campos de la Trinidad fue el lugar donde se pudo acreditar a los catrachos que era llegada la hora de romper sus cadenas”.
Justo Milla fue completamente derrotado, dejando abandonados en el campo de batalla equipo y baúles conteniendo correspondencia oficial.
El plan táctico no cumplió como había sido concebido, logrando un objetivo que era la destrucción de la fuerza enemiga, con lo cual se logro a la vez el respeto del Estado y la victoria de los patriotas en contra de la tiranía.

 
Sea cual sea la historia, esta, la batalla de San Pedro Perulapán, fue la última que ganó nuestro héroe, ya que sus ideales se vinieron a pique luego de su exilio a Perú y su fusilamiento en San José, Costa Rica, el 15 de Setiembre de 1842. Irónicamente, ese mismo día, se celebra la independencia de las cinco naciones que un día fueron la unión centroamericana, planteamiento que no perduró a través de los tiempos, pero sirve para rendirle un merecido tributo a este hombre lleno de ideales y sueños de libertad.

El General Morazán combatió con dos ejércitos, cada uno superior a su pequeña fuerza. El plan de combate fue bien meditado para no sufrir un fracaso. Batalla a librar en los campos de San Pedro Perulapán, el 25 de Septiembre.
Ferrera  y sus tropas ocupaban la plaza de San Pedro Perulapán, en donde sus hombres se entregaron a la bebida, y una vez embriagados prorrumpieron en voces exaltadas  y descompuestas.
El pequeño ejército de Morazán estando ya cerca del enemigo, sus tropas solo esperaban la orden para atacar a los invasores. El espía de Morazán le anuncio que la primera avanzada de las tropas ferreristas se hallaba escondido en una hondonada.

Morazán, empleo medios estratégicos para desbaratar los planes de Ferrera y proceder así:
§  I -  Ejecuto un tiroteo de algunas de sus columnas por el frente
§  II -  una columnas de manera rápida y precavida se destacarían por la retaguardia para sorprender al enemigo

El coraje y el delirio que sobrecogió a los soldados de la democracia por lograr la batalla final acerco a los dos bandos a tal extremo que, el empleo de las bayonetas y la tremenda resolución de no ceder un paso, dió golpe fatal a las huestes ferreristas, obligándose a declararse en la mas completa derrota en la  fecha del día 25 de septiembre.

Batalla de San José

El sufrido y ultrajado pueblo costarricense llamó al Caudillo para que acudiera a libertarlo del yugo impuesto por el Gobernante Braulio Carrillo.
Morazán comenzó aquella cruzada de redención, no con el empleo inmediato de las armas, sino enviando al pueblo de Costa Rica una cordial y fraternal proclamación.

Villaseñor reflexionó sobre la desesperada situación del pueblo costarricense, tiranizado por su gobernante y reflexionó también acerca de los propósitos salvadores que abrigaba el General Morazán.
Desde estos puntos de vista, estimó conveniente interrogar a sus soldados acerca de esta disyuntiva: dar la orden del ataque o celebrar con el General Morazán un tratado de paz. 

El ejército a una sola voz se pronunció por el tratado de paz y por la libertad del pueblo. El convenio se llevó a efecto en el paraje de El Jocote entre Morazán y Villaseñor, general del ejército de gobierno.
Los puntos sustanciales del convenio fueron:
§  Convocar una asamblea constituyente, rigiéndose el estado por un gobierno provisorio ejercido por el general Morazán.
§  La entrega del mando por parte del Lic. Braulio Carrillo tan luego como tuviera noticia del convenio.
§  La gratitud por parte de las autoridades y del pueblo costarricense hacia el general Morazán, que los salvó del yugo dictatorial.

El día 15 de Julio mediante el decreto por el cual la asamblea lo declaró Libertador de Costa Rica. Estando en San José el jefe del estado, llegaron 400 hombres al mando del Sr. Florentino Alfaro, quienes atacaron la guardia de honor de Morazán, compuesta de 40 salvadoreños quienes, como héroes, se defendieron resistiendo el ataque de aquellos quienes los superaban en número por cuatro veces. Fueron reforzados por 1000 hombres de Heredia y Alajuela, y así reanudaron el ataque con mayor furor. El momento de la lucha llego a su grado más alto el día 14 de Septiembre a las tres de la mañana. 
En esta hora trágica, Morazán, Cabañas y Villaseñor a la cabeza de aquel grupo de superhombres, rompieron la fuerte línea de los sitiadores y salir con dirección a Cartago.

Tanto Morazán como su leal compañero en la gloria y en el infortunio, el general Villaseñor, ignoraban la traición de Mayorga, y bajo la confianza de estimarlo como buen amigo, decidieron, una vez en Cartago, descansar en casa de éste.
El Judas de este episodio, Pedro Mayorga, sin dar lugar a la menor sospecha, salió de su casa con el pretexto de ir en busca de un cirujano para que curase la herida que Morazán había recibido en el cuartel principal en el último asalto de los sublevados. 
En la casa de Pedro Mayorga que servía de prisión, se encontraban detenidos Morazán y su hijo Francisco, Villaseñor, Saravia y Vigil.  Ante este grupo de distinguidos prisioneros se presentó, a las 7:00 pm, el 14 de Septiembre.

Ambos intentaron suicidarse; pero el único que sucumbió bajo aquella fatal determinación fue el general Saravia en el momento en que los guardias aprisionaban con grilletes sus dos manos.

El día 15 de Septiembre Antonio Pinto, ordenó la liberación de los prisioneros y que estos fueran dirigidos a San José para ser apresados por las armas. Morazán, contemplando aquella muchedumbre, le dijo a Vigil: “Con que solemnidad celebramos la Independencia”, Morazán y Villaseñor fueron colocados en el edificio de la corte y los demás en el edificio llamado ¨Los Almacenes¨.
Dada la orden de fusilamiento se les comunicó a Morazán y a Villaseñor que no tenían más que tres horas de tiempo para prepararse.

Aquellos breves momentos de vida Morazán los empleó para recomendar a Montealegre entregar a su esposa varios objetos. A las 6:00 pm, Morazán y Villaseñor fueron llevados al patíbulo.

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